Editorial. La necesidad de unir el estudio de las tecnociencias y las humanidades

Autores/as

  • Eduardo López Bastida Universidad de Cienfuegos “Carlos Rafael Rodríguez”. Cienfuegos. Cuba.

Resumen

En la actualidad vivimos importantes transformaciones, tanto materiales como espirituales, que se han producido en los procesos de vida de las personas y su relación con uno mismo, los demás y la naturaleza; los mismos se consideran cambios profundos en nuestra actitud y aptitud ante el conocimiento y su relación con los valores y virtudes humanas, que cambian nuestra forma de pensar, conocer, proceder, actuar y escribir. ¿Tenemos en cuenta esto al escribir nuestros artículos?

Esta transfiguración del conocimiento, independiente de las fortalezas y oportunidades innegables, que han hecho progresar notablemente el bienestar y calidad de vida de la mayor parte humanidad. Estos han traído una serie de amenazas y debilidades entre las que se destacan: la preocupación por el futuro y las consecuencias a mediano y largo plazo de las acciones humanas sobre la naturaleza y los demás; un consumismo desmedido de energía y materias primas que pone al límite las posibilidad de la naturaleza;  la saturación de saberes de información, que es incapaz de convertir todo en conocimiento y amenaza con someterlo; la falta de sabiduría para definir lo que es ético y no, lo correcto y lo incorrecto, lo bueno y lo malo; la consideración de la ciencia como único saber, relegando a un segundo plano los otros saberes;  el uso de la ciencia con  fines políticos, ideológicos y militares sin cuestionar la pertinencia moral de algunas actividades humanas y productos; la existencia de un mundo complejo, lleno de incertidumbre,  con dinámicas no lineales, con determinación y causación imposibles de predecir.

Esta revolución contemporánea y muchas veces inadvertida del saber, ha cambiado nuestra forma de inspirarnos y razonar debido a la fusión en tiempo y forma de los adelantos la ciencia, la técnica y la innovación en una tecnociencia que inunda nuestra vida cotidiana en forma de objetos, instrumentos, servicios informativos, conocimientos y modos de vida transformados. Ello provoca que se prefiera el cambio a la estabilidad que ha prevalecido durante siglos y se eleve el valor social de la novedad y la creatividad, colocando a la naturaleza y nosotros mismos, en una situación totalmente nueva con pronósticos sombríos para su futuro. Por ello, en nuestro hacer científico debe prevalecer la necesidad de un pensamiento unido de las tecnociencias y las ciencias sociales y humanística que equilibre el hacer cotidiano.

Para enfrentar estos problemas emergentes, debemos todos, pero principalmente los científicos, trasmitir a través de enseñanzas algunos cambios de paradigmas, entre los que se deben considerar:

  • Tener en cuenta una epistemología de segundo orden. La epistemología al estudiar la naturaleza, posibilidad, alcance y fundamentos del conocimiento. Debe reconocer que el investigador pertenece al mismo orden de realidad que investiga, considerar la posibilidad de extender el campo de observación a su propia subjetividad, que siempre resulta inconmensurable. La vida cotidiana no debe ser estudiada como fenómenos marginales, casuales o singulares; sino como formas de cambio y emergencia que involucren todas las ciencias.
  • Cambiar el ideal simplista por el de la complejidad. La complejidad, que a la vez incluye la dialéctica, nos ayuda a comprender el mundo en términos de sistemas dinámicos y reconocer que los diferentes niveles que habitamos (físico, biológico, antropológico, socioeconómico, político y espiritual) están interconectados entre sí en un equilibrio que no puede romperse. Ella tiene tres líneas principales de trabajo y comprensión: la complejidad enfocada como ciencia, como forma de pensamiento y como cosmovisión.
  • Considerar los problemas ambientales de forma holística. Esta consideración debe tener en cuenta el valor intrínseco de la naturaleza y el lugar de los seres humanos como parte de un sistema. Parte del criterio que los marcos disciplinarios e incluso científico, para el planteamiento de los problemas, resultan estrechos e imposibilitan la búsqueda de soluciones. Se hace necesario considerar, enseñar, y demostrar la idea de aceptar la plena responsabilidad de nuestra supervivencia biológica y cultural a la preservación del medio ambiente.
  • Asumir en todas nuestras decisiones una bioética global. Esta disciplina tiene el objetivo de cambiar el conocimiento y la reflexión en consideración a los problemas éticos planteados por el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Una ética que combine la humildad del conocimiento, la responsabilidad, interdisciplinaria e intercultural que da sentido a la vida. Su principal condicionamiento es la búsqueda de la sabiduría para la sobrevivencia humana mediante la creación de puentes entre las especialidades, disciplinas y personas.
  • Reformular la economía. La nueva economía no puede ser solo económica, tiene que ser integral: ecológica, social, ética, al servicio del hombre actual y futuro. Capaz de conservar la naturaleza y que parta de una ciencia y conciencia humana y humanizadora. Que se razone además de economía tradicional, de economía ecológica, economía de los recursos humanos, de economía ambiental, de economía de salud, de economía circular, de economía social, economía del bien común, etc. Mediante el establecimiento de un buen diálogo entre la ciencia y la política. Los términos claves de este ¨nuevo¨ diálogo deben ser: ecosocioeficiencia, ecosocioeficacia y ecosocioefectividad.

En resumen, al unir los objetivos de las tecnociencias y las ciencias humanística se pretende: que se logre la temporalidad y objetividad epistémica, la consideración de la incertidumbre, el caos, lo emergente; en la toma de decisiones, la interdisciplinaridad e intersectorialidad. Al analizar los problemas ambientales, se debe incluir la aplicación de la bioética como forma de alcanzar el máximo saber de la sabiduría. Además, la introducción de otra economía que conlleve a la creatividad natural y social como horizontes científicos, y una imprescindible vuelta de las preocupaciones científicas hacia la vida cotidiana, la ética, los valores y las virtudes.

En 1797, el escritor, jurista, científico, sacerdote, economista y político ilustrado español Gaspar Melchor de Jovellanos, escribió su magistral ensayo: Oración sobre la necesidad de unir el estudio de la literatura al de las ciencias. En dicho ensayo, adelantándose a los tiempos escribía: "Mas esta subdivisión, tan provechosa al progreso, fue muy funesta al estado de las ciencias, y al paso que extendía iba dificultando su adquisición, y trasladada a la enseñanza elemental, la hizo más larga y penosa, si ya no imposible y eterna. ¿Cómo es que no se ha sentido hasta ahora este inconveniente? ¿Cómo no se ha echado de ver que, truncado el árbol de la sabiduría, separada la raíz de su tronco, y del tronco sus grandes ramas, y desmembrando y esparciendo todos sus vástagos, se destruía aquel enlace, aquella íntima unión que tienen entre sí todos los conocimientos humanos, cuya intuición, cuya comprehensión debe ser el único fin de nuestro estudio, y sin cuya posesión todo saber es vano? "

Ejemplificamos estas consideraciones en el artículo primero de este número titulado: El cambio climático visto desde la perspectiva de la revolución contemporánea del saber. Como siempre esperamos las consideraciones de nuestros lectores sobre el tema tratado.

 Gracias.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                             

Publicado

2024-08-20

Cómo citar

López Bastida, E. (2024). Editorial. La necesidad de unir el estudio de las tecnociencias y las humanidades. Universidad Y Sociedad, 16(5). Recuperado a partir de https://rus.ucf.edu.cu/index.php/rus/article/view/4589

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